Madrid, Madrid, Madrid...

Gran Vía.
   
Calle Alcalá.

!Por fin en casa!.

Ha sido una semana muy intensa, siete días que han dado mucho de si. Volver a Sudamérica después de diez años sin ir te deja un sabor de boca agridulce.
Comprendo que no todo el mundo y las personas son así, pero viajar a Argentina en 2006 y ahora a Perú en 2016 me deja una mala experiencia que no se volverá a repetir.

Creí en algún momento de la organización de mi viaje que sería muy agradable volver a el continente Sudamericano, pero países como Argentina y Perú me hacen plantearme muchas cosas. 
Son dos países a los que de momento no volveré a tener entre mis planes futuros de vacaciones. Mucho tiene que cambiar la situación en esos dos países como para poder volver a ponerlos en mi lista de viajes futuros.
Por un amigo cercano sé que su experiencia de viaje por el país austral no ha sido de las mejores en su vida, hemos estado en el continente más o menos por las mismas fechas. De hecho hay situaciones muy parecidas en nuestros viajes, lo que nos lleva a plantearnos si en el resto de la región es así el trato a los extranjeros.
Sé que Brasil, Colombia, Chile, y Ecuador son los países que mejor tratan a los extranjeros que los visitan. Facilitan muchísimo el transito y las comodidades a la hora de poder desplazarse dentro de sus ciudades. No discriminan a los extranjeros en aspectos tan sencillos como son comprar un billete aéreo con las mismas facilidades que ofrecen a sus nacionales.

En una pena que un país que alberga una de las siete maravillas del mundo en vez de explotar sus recursos de la mejor manera, solo piense en robar al turista con el beneplácito de algunas compañías aéreas y de algunas personas (entiéndase compañías de turismo) que solo quieren llenar sus arcas a costa de los demás. Realizando malos trabajos y engañando a los turistas.
No me cabe en la cabeza que con la cantidad de dinero que cobran por entrar a la Ciudadela Machu Picchu, no se tenga una infraestructura de calidad en los accesos al santuario. Carreteras mal pavimentadas, caminos de trocha que te hacen preguntarte si vale la pena tanto esfuerzo para conocer una maravilla mundial. ¡En fin!. 
Poner la vida en manos de personas que con el afán de cumplir servicios de mala calidad se juegan la vida y la de sus acompañantes en la carretera es vergonzoso. 
Utilizar una compañía de tren obsoleta y costosa que te cobra tres veces más por ser extranjero en un trayecto de 50 minutos y que ofrece un servicio de muy mala calidad.
Hosteleros que te cobran también en función de donde vengas simplemente en función de la nacionalidad. 
Sería bueno aplicar ese tipo de políticas aquí y cobrar a los Peruanos que vienen a nuestro continente de la misma manera que lo hacen ellos allí. Pero somos un continente muy civilizado como para caer en esos menesteres y crear malas situaciones diplomáticas.
Eso es parte de la incultura de unos pocos, un hostelero me decía (ustedes gana euros y gastan en euros, así que venir aquí es porque el dinero os sobra). Mi cara era un cromo, no daba crédito a lo que me decía un hostelero de unos treinta años de edad. 

Compañías aéreas como Avianca y LAN te discriminan oficialmente a través sus páginas web y te advierten que debes pagar más por ser extranjero. No sé hasta que punto estará el Gobierno del Perú al tanto de esa discriminación, pero seguro que sabe algo.

En definitiva, que los peruanos se queden con su maravilla del mundo y sigan robando al turista de la manera que lo hacen actualmente.
El gobierno debería poner coto a la situación y regular los precios de visita a la Ciudadela, no se puede discriminar por nacionalidades y en función ello cobrarte más o menos. Todos deberíamos pagar lo mismo independientemente del país de procedencia.

Lo mismo debería suceder con las compañías aéreas Avianca y LAN, no deberían justificarse con una mentira ya que las otras tres compañías que compiten directamente con ellas en el mercado nacional no tienen ningún tipo de restricción con los extranjeros que quieren comprar billetes con ellas a la ciudad de Cuzco. Mi opinión personal es que tienen un pacto de tarifas con el beneplácito de las autoridades locales.

El mercado de cambio de divisa debería estar regulado y no permitir que los hoteleros y hosteleros del país te cobren los servicios en dólares y a su vez equiparen el euro al dólar, porque no vale lo mismo un dólar que un euro. 
Si su moneda local es el Nuevo Sol (PEN) todos los servicios deberían cobrarse en la moneda local. Estando allí en el mismo hotel pude comprobar que una habitación para un ciudadano Peruano puede costar 79 PEN, 20 € al cambio, y ellos perfectamente al ciudadano extranjero se la venden en 79 U$. ¡Es vergonzoso!.

Mi recomendación, tenéis que navegar mucho en la red para poder encontrar ofertas en todos los aspectos. Intentad adquirid las entradas a la Ciudadela en la página oficial del gobierno, saldrá más barato y te ahorras el doble de lo que te cobra una agencia a través de Internet o físicamente en la ciudad de Cuzco.

Desde aquí quiero agradecer públicamente a las siguientes personas /empresas que han hecho posible mi viaje a pesar de las adversidades que he pasado en el Perú.

A Iberia por brindarme la posibilidad de conocer la compañía y mimarme en los vuelos tanto de ida como de regreso desde la ciudad de Lima.
Gracias por hacerme sentir que volar con vosotros es llevar con orgullo el nombre de España a nivel internacional. 

A mis primas Carolina, Myriam y su esposo José, ya que sin ellos este viaje no hubiese podido ser una realidad. Desde el momento cero me habéis apoyado y me habéis empujado a tan maravillosa aventura. Gracias a los tres por hacer realidad mi viaje.

A mi compañero de viaje que sin él no hubiese sido posible soportar esa caminata por entre la selva peruana, por su compañía y la risas que nos hemos echado. Te echaré de menos macuto.

A la compañía aérea LCPerú por permitirme volar con ellos a unos precios cómodos y accesibles para todos independientemente de la nacionalidad. ¡Gracias!.

A los propietarios del hotel Killaqente por hacerme sentir como en casa durante mi estancia. Gracias por cuidar que no me volviesen a robar con los precios de una carrera de taxi, y cuidar de mi como uno más de la familia. Marco, Eduardo, un fuerte abrazo desde el otro lado del Atlántico.

Gracias a Katherina Zenteno por cuidar de mi en todos los desplazamientos dentro de la ciudad de Lima, espero que con tu ONG sigas cuidando de los perros y gatos que encuentras enfermos o heridos en las calles y autopistas de la ciudad de Lima, ¡Ánimo!.

Gracias a todos aquellos que de alguna u otra manera me convencieron de que era una oportunidad única y me acompañaron en la distancia.


Próxima parada... Estambul...

¿Me acompañáis?.




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