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Volar en Tiempos de Pandemia.

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 Hola a todos, espero que estéis llevando bien este parón que nos ha traído el COVID-19, algo que no esperábamos jamás vivir pero que nos ha tocado directamente asumir. Mi ultimo vuelo antes de pandemia fue a las ciudad de Las Vegas, pero debido a ese cierre forzoso, me desanime y no publiqué nada, pues no estaba animado con nada de lo que nos estaba pasando en ese momento. Así que después de un año y medio sin poder cruzar el Atlántico, por fin he podido viajar al otro lado del mismo.  Con todas las restricciones que tenemos en este momento, es difícil poder elegir algún destino ya que los ciudadanos de Europa no podemos viajar a los Estados Unidos por las restricciones que ha impuesto el gobierno, Canadá abre las fronteras a los turistas a partir del próximo siete (7) de Septiembre y las siguientes opciones son Centro América y Sudamérica, así que mi mejor opción es la Ciudad de Panamá, un ciudad muy norteamericana, nada parecido a lo que estamos acostumbrados cuando visitamos países

Cuatro horas 10 minutos

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Buenas tardes de nuevo, pues aquí me encuentro ya de camino a la ciudad de Estambul. Os he de comentar que la compañía aérea Iberia ya no realiza este vuelo, tuve la suerte de poder realizar uno de sus últimos vuelos al aeropuerto de Ataturk. Así que os detallaré las cuatro horas y diez minutos de vuelo hasta dicho aeropuerto. El comandante nos comunica que estamos volando a 30 mil pies de altura, una vez hemos despegado de la ciudad de Madrid y hemos alcanzado nuestra velocidad de crucero, el personal de la compañía se dirige a los galleys (lo que vulgarmente llaman las personas que no conocen la jerga de la aviación "la cocina del avión"). Ese lugar donde supuestamente nos preparan los alimentos que nos darán a lo largo de nuestro vuelo. Como buen Tripulante de Cabina de Pasajeros que soy (TCP), o como dicen la mayoría de los mortales (Azafatos/as) palabra completamente fuera de uso y en desuso por parte del personal de muchas compañías aéreas, aunque la RAE l

Bizancio....Constantinopla....Estambul.

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Hola de nuevo a todos, madre mía el tiempo que ha pasado entre mi último post y este. Y os preguntaréis el por qué de tantos meses sin publicar nada, pues la respuesta es muy sencilla. No he parado de viajar y trabajar a la vez, así que aquí me tenéis de nuevo dispuesto a contaros las últimas novedades de los viajes, y como os había comentado nuestro siguiente destino será.............. Estambul. Así qué aquí me tenéis de nuevo a bordo de un avión de la compañía aérea Iberia, nuestro próximo destino es la Ciudad de Estambul. ¿Quién no ha soñado con vivir su pasión turca?, primera vez que me desplazaré a la ciudad más poblada de Turquía, a la vez el centro histórico y financiero del país. ¿Por qué he decidido visitar Turquía? pues os voy  a ser muy sincero, estaba un día navegando por la red cuando me encontré con un link de la compañía aérea Iberia, por curiosidad pinché en el mismo y me llevó a una página muy especial. Para mi asombro acababa de descubrir el santo grial p

Madrid, Madrid, Madrid...

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Gran Vía.     Calle Alcalá. !Por fin en casa!. Ha sido una semana muy intensa, siete días que han dado mucho de si. Volver a Sudamérica después de diez años sin ir te deja un sabor de boca agridulce. Comprendo que no todo el mundo y las personas son así, pero viajar a Argentina en 2006 y ahora a Perú en 2016 me deja una mala experiencia que no se volverá a repetir. Creí en algún momento de la organización de mi viaje que sería muy agradable volver a el continente Sudamericano, pero países como Argentina y Perú me hacen plantearme muchas cosas.  Son dos países a los que de momento no volveré a tener entre mis planes futuros de vacaciones. Mucho tiene que cambiar la situación en esos dos países como para poder volver a ponerlos en mi lista de viajes futuros. Por un amigo cercano sé que su experiencia de viaje por el país austral no ha sido de las mejores en su vida, hemos estado en el continente más o menos por las mismas fechas. De hecho hay situaciones muy pa

¡Buenas noches Lima, buenas tardes Madrid!.

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Vista desde la Habitación del Hotel Santa Cruz. Amanece en la ciudad de Lima, hoy es mi último día en el Perú. Como solemos decir "en todos los sitios se cuecen habas" y Perú no es la excepción. Me sorprende que a la entrada del hotel haya tres personas de seguridad de una compañía privada. ¡Me embarga la curiosidad!. Bajo a desayunar ya que me espera un día largo y debo entregar mi habitación a las 12:00 del mediodía, así que aprovechando que es desayuno buffet me pondré hasta arriba de comida. Hay unos huevos con patatas que están de vicio, salchichas, quesos y una gran variedad de panes. ¡Es hora de atacar el buffet!. Mientras estoy desayunando llega un grupo de huéspedes al salón y se distribuyen a lo largo de el. Son de una compañía que vienen a Lima a un congreso, en medio del barullo de la gente comienzo a escuchar conversaciones que a veces es mejor no escuchar. ¡Ahora comprendo porque tanta seguridad!. Una de las chicas de ese grupo comenta cómo la noche

Good Bye Cuzco... ¡Gracias por todo!

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Después de llegar a mi hotel sobre las doce de la noche, me dirijo a la habitación y sin pensarlo dos veces suelto el macuto y me tiro en la cama. No tengo tiempo de nada más, caí redondo. El viaje de regreso desde Hidroeléctrica es un calvario, no solo por la cantidad de curvas que hay que subir camino de Cuzco, si no por la incomodidad de los autobuses. Por suerte he podido dormir del tirón y me despierto de nuevo a las 05:00 A.M, así que aprovecho para irme a la ducha y quedarme bajo el agua caliente más de una hora. Son casi las siete de la mañana y es hora de bajar a desayunar, en tres horas debo estar en el Aeropuerto para coger mi vuelo a Lima. ¡Ganas de regresar a casa ya!. Mientras organizo de nuevo mi macuto, ya que desde el inicio de mi viaje planifiqué que la mayoría de ropa que usaría la iría tirando en el camino. Más que nada porque volver con ropa húmeda, llena de barro y demás haría que mi macuto pesara más y no estaba por la labor de seguir cargando co

¡Búscate una niña y así te relajas!.

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                       Llega el momento de subir al tren y partir en dirección Hidroeléctrica. Acaba de llegar a recoger los pasajeros que bajaremos en la central. Me da coraje ver en los billetes de algunos pasajeros que pone 24 PEN, mejor no pensarlo. Ya está pagado el billete y mi cuerpo necesita descansar para poder llegar bien a la ciudad de Lima. Así que sin mas preámbulos decido mirar atrás y despedirme del pequeño pueblo en el que he estado estos dos días. ¡Adiós Machu Picchu!... No volveré más por aquí. Adiós Plaza de Machu Picchu.   Esperando poder subir al tren, delante mío hay unos cuantos ciudadanos locales y el encargado de los billetes les invita muy amablemente a dirigirse a la parte delantera del tren, y es que hay vagones especiales para ellos. ¡Vamos, como si fuera un lujo de tren!. En el vagón en el que me asignan veo 14 pasajeros más, todos extranjeros y todos derrotados por KO técnico. A todos los he visto el día anterior en el ascenso al Huaynapi

¡Regresando por los pelos!

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Machu Picchu Pueblo. Después de seis horas y media de caminata llega la hora de reponer fuerzas, me dirijo al primer restaurante que encuentro según bajo del minibús y me pido el plato típico de la zona. No os podéis hacer una idea de lo bueno que está. Carne de alpaca. alpaca. Cómo puedo estar comiéndome una cosa tan bonita, pues no lo sé ni yo. Pero lo buena que está su carne, ¡Madre mía!.  A primera vista parece un filete de ternera pero no, es alpaca 100%, si tenéis la oportunidad de comerla os va a encantar. ¡Buen Provecho! No puedo con mi cuerpo, la mejor decisión es regresar al hotel, echar la siesta y hasta que el cuerpo aguante. Me duelen hasta las pestañas... Lunes. Dos de la mañana, suena el jet lag. No me lo puedo creer llevo seis días en Perú y no he podido adaptarme a los horarios.... ¡Qué horror, otra madrugada en vela!. En tan poco tiempo es muy difícil adaptar tu cuerpo a un huso horario, máxime cuando donde vas son seis horas menos q

Viva el amor, en ascenso vertical.

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A pesar de estar dos días en la ciudad de Cuzco y de pasar un día en Machu Picchu Pueblo, el ascenso me está pasando factura. Subir a la cima del Huaynapicchu es toda una odisea, los peldaños son muy altos y cuesta muchísimo subir uno a uno. Aunque tienes cable de acero para poder ayudarte en el ascenso es imposible no ahogarte en el intento. Al inicio del ascenso se hace un horror subir los peldaños. Sudas mucho en la primera fase y te ahogas con mucha frecuencia, pero si vas provisto de una buena cantimplora y de un buen estado físico, en menos de 30 minutos el cuerpo se adapta y te ayuda a superarlo. Llevo hora y media de caminata, con tanto trasiego de personas es imposible avanzar. Hay momentos en los que te obligan a parar, ya que no puede pasar nada más que una persona de camino a la cima. Yo me he encontrado con una ciudadana Puertorriqueña que ha contratado a un local únicamente para que la acompañe y le haga las fotos a lo largo del recorrid